Sí,
vale, los míos están inmersos en casos de corrupción, pero los malvados
son ellos porque lo hicieron primero. ¿Les suena? Pues así,
justificando una y mil veces la corrupción que existe en España porque
el de enfrente lo ha hecho también, se pasan la vida los simpatizantes,
afiliados y, en el mayor de los casos, votantes de uno u otro partido,
repitiendo hasta la saciedad el mantra dictado por los oligopolios que
manejan a uno u otro partido político.
Si
dice que los casos de los ERES andaluces son una vergüenza le tacharán
de fascista, le dirán que usted es un pepero, que los del Partido
Popular no son los adalides de la honradez, que tienen mucho que callar y
que, además, son nietos de los que estuvieron en el gobierno de Franco.
Hay cosas que, por mucho tiempo que pasen no van a dejar de ser un
mantra para los simpatizantes de ese partido que se dice socialista y
que se autoproclama obrero, cuando de obrero tiene lo que yo de champú
de huevo.
Es
gracioso, por no decir que repugnante, ver cómo gente que ha estado en
los gobiernos salpicados por los casos de corrupción de los ochenta, es
decir, Alfredo Pérez Rubalcaba, se alza como fiscal anticorrupción que
con su inmisericorde dedo señala las pajas en los ojos ajenos, sin ver
las vigas en los propios.
En
cambio, si se le ocurre a usted, criticar el caso Gürtel como uno de
los mayores casos de corrupción en España, le nombrarán sin estupor y
sin rubor alguno, los casos Filesa, ERES y demás. Así, de corrido. Y le
dirán que si le parece bien que, mientras unos han robado, malversado,
choriceado o adquirido ilícitamente, veintidós millones de euros; los
otros, los malos, los sinvergüenzas y ladrones del PSOE, con sus casos
de corrupción, han choriceado, rapiñado, robado, malversado o adquirido
ilícitamente, unos mil millones.
Es,
también desternillante, por no decir que asqueroso, ver cómo, cuando
José María Aznar llegó al poder había una cuantía mínima de cincuenta
mil euros para considerar delito contra la hacienda pública el desvío de
capitales y, en su mandato, subió ese mínimo a ciento veinte mil euros.
Viendo estos lodos, me hacen pensar que aquéllos polvos allanaban el
camino a los Bárcenas que vinieron después.
Es
tragicómico ver cómo los sindicatos de España se posicionan del lado de
unos alejándose de otros, mientras el obrero, el de verdad, sigue
desamparado porque nadie le defiende de unos sindicatos apesebrados y
vendidos ni de una patronal chupóptera y sinvergüenza. No en vano, el
anterior presidente de dicha patronal está entre rejas. Ver cómo han
salido a la calle esos sindicatos contra una reforma laboral que no
beneficiaba a nadie, y, posteriormente verlos utilizar los beneficios
que dicha reforma les reportaba para echar a la calle a sus trabajadores
con 20 días de indemnización. Muy consecuentes ellos, sí señor.
También
es gracioso ver cómo el señor Urdangarín está cada vez con los zapatos
más manchados del barro de sus corruptelas y, por ende, ensucia a la
casa real. Pero va a esquiar y al balonmano como si tal cosa. Si yo
estuviese implicado en semejantes casos se me caería la cara de
vergüenza. Pero eso, se tiene o no, viene de cuna. No se consigue con
los braguetazos de un duque empalmado ni lo otorgan tus afiliados.
Pues eso que acabo de leer, exceptuando los nombres, podría decir que ocurre también en Venezuela, la corrupción, la codicia, el amor al poder se han apropiado de todos los entes públicos y privados, no tendremos realeza, pero es como que la hubiera, pues ahora el poder (no el gobierno, que este es un desgobierno) se traspasa por gracia, no por elecciones claras o guiadas por la constitución.
ResponderEliminarNo puedo opinar de la política española porque he sido atacada por españoles por hacerlo, así que me abstengo, dada la gran ignorancia que proyecto, al menos, eso fue lo que me dijeron.
Gracias por invitarme a participar.