8/7/13

Un maravilloso homenaje



El pasado 3 de Julio fue el aniversario del nacimiento de Franz Kafka que habría cumplido 130 años. Yo he visitado Praga, he absorbido sus aromas, sus visiones, sus luces, sus paisajes y sus rincones, y me declaro, sin rubor alguno, amante de la literatura kafkiana y de su ciudad. Así que, como aficionado a la literatura que soy, no puedo sino regocijarme por lo que mi país ha hecho honrando de esta manera tan maravillosa al escritor checo. Por lo que yo, que ya me he declarado amante de la literatura del de Praga, estoy emocionado y lleno de orgullo y satisfacción por la dificultad que entrañaba conseguirlo y, en cambio, la facilidad con que, entre todos los españoles, hemos conseguido realizar dicho homenaje de una manera tan fantástica.

De todos es sabido, o debería serlo, que Franz Kafka utiliza la extrañeza de sus escenas, lo raro en sus personajes y la dureza de sus imágenes para criticar todo lo que no le gustaba de su sociedad. A las pruebas me remito. Les invito a leer “El proceso” o “En la colonia penitenciaria” por ejemplo y me cuentan. También sabemos de Franz Kafka que fue un escritor surrealista y expresionista cuyos temas son la soledad del individuo y la frustración que le produce la angustiosa sensación de culpabilidad que experimenta al verse amenazado, y acaso vencido, por fuerzas desconocidas e incomprensibles que están fuera de su alcance físico e intelectual y que lo superan irremediablemente. Por otro lado, el estilo de Kafka es lúcido e irónico en el que se entremezclan con absoluta naturalidad y maestría, fantasía y realidad, otorgando, de este modo, a su obra un aire claustrofóbico, irreal y fantasmal. Pintando escenas de lo más extrañas, oníricas y como he dicho antes, claustrofóbicas, irreales, amenazantes, desconocidas, fantasmales e incomprensibles.

España es terreno abonado para los casos de corrupción. Pues vemos cómo roban desde deportistas de élite hasta políticos, sean ex tesoreros de un partido o ex ministros; llegando hasta miembros de la casa real. Vemos que la justicia no trata igual a todos, desdiciendo a la Constitución. Vemos, impasibles, cómo se desdeñan todos los valores del ordenamiento jurídico. Humillando, destrozando y hurtando entre todos el significado de la palabra democracia. Vemos que las instituciones del Estado se benefician del trabajo de todos pues, queramos o no, las financiamos con nuestros impuestos. Vemos que se siguen podando los derechos de los ciudadanos con la única finalidad de que los dirigentes mantengan sus altísimos status y, por supuesto, servir a los integrantes de “la troika”, faltaría más. Vemos a nuestros dirigentes y representantes aprovecharse de las situaciones ignominiosas que vivimos los ciudadanos. Pero, somos tan tontos, que vemos cómo la gente defiende al partido al que ha votado con vehemencia, mientras es incapaz de exigirle a ese partido que le defienda. Pueden ustedes incrementar la presente lista de majaderías realizadas y ya me dirán si el paisaje que observan es o no kafkiano. Pensándolo bien, es emocionante ver este maravilloso homenaje de nuestra clase dirigente a Franz Kafka ¿No creen?

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