17/1/13

Es mejor emigrar, Laura



Vi en un documental de televisión cómo muchos españoles en los años, treinta, cuarenta, cincuenta y posteriores, se vieron obligados a marchar de España y así labrarse un porvenir, empezando desde cero, por la dictadura franquista. Ahora veo un paralelismo bastante claro y aterrador, a mi modo de ver, porque se ha instaurado la dictadura de la estulticia. No permitiendo que nuestros mejores valores triunfen, destaquen o, simplemente vivan, en nuestro país. Cuando nuestros mejores mimbres se van, y se queda la morralla, el futuro que nos espera no parece ser muy halagüeño. De modo que este es un mensaje para mi hermana Laura. Deseo, de todo corazón, que hagas la maleta y hagas tu vida, y la de tu familia, lejos de este país de mentecatos y estultos ¿que por qué?

Porque se vanaglorian de ser éste el momento de la historia en que más titulados universitarios surcan las calles de nuestras ciudades. De tener, como dicen ellos, la generación más preparada de la historia. Pero no comentan nada de que estos jóvenes tiene un nulo reconocimiento; ínfimas, o ningunas, posibilidades laborales; oscuras, en el mejor de los casos, perspectivas y ningún futuro. Lo que está haciendo que, de un tiempo a esta parte, la siguiente generación se pregunte si, de verdad, merece la pena prepararse, formarse y cultivarse. Cuando el resultado va a ser que los ingenieros se encontrarán y hablarán de sus cosas en la cola del paro. El químico, al ver a un licenciado en historia, le preguntará: ¿La hamburguesa la quieres con queso? Mientras el iletrado sale triunfante en televisión contando su vida sexual.

Porque, además de haber visto la incapacidad que tiene nuestra sociedad de integrar dicha generación en un mercado laboral en plena convulsión (situación, además, agravada por el miedo que tiene el empresario español de que, sabiéndose inculto, venga alguien que tiene una preparación a discrepar de sus decisiones en su empresa. Como que no. ¿Allí donde se siente poderoso que le demuestren no es el dios que él se cree sino un mentecato beneficiario del boom del ladrillo más? No puede ser) Si, además de la no inserción en el mercado laboral, cuando sí se lucha por la reinserción de presos, y no se hace igual por nuestros titulados, algo falla. Digo que, además, estas generaciones ven el sangrante ejemplo de gente que “triunfa” por su capacidad para arrodillarse o abrirse de piernas y contarlo todo con pelos, ingles brasileñas mediante, y señales, en televisión. Luego es gracioso ver cómo, a los presentadores de estos bodrios televisivos, se les pone la vena del cuello como a Camarón de la Isla cuando cantaba, echando espuma por la boca, defendiendo que lo suyo no es televisión basura.

De modo que ¿para qué, tras estudiar veinte años se van a querer quedar en España? ¿Para obtener un título que no sirve de nada y ningún futuro? Si no se asegura su inserción laboral; si se ningunea el título obtenido porque estamos dando mayor valor a quien cuenta un escarceo sexual en televisión que a quien investiga la vacuna del sida porque ¿cuántos investigadores han presentado las campanadas desde la puerta del sol? Lo mejor es inscribirse en un gimnasio. Allí encontraremos al próximo famoso de televisión. Compartamos unas sesiones de rayos uva e intercambiemos fluidos. Así, recopilando todos los detalles, nos aseguraremos nuestro futuro. Porque después llamaremos a las televisiones basura para contarlo con todo detalle. Así que, es mejor emigrar, Laura. Porque ¿acaso lo de este país, que fue cuna de Cervantes, Lope de Vega, Unamuno, Pío Baroja o Garcilaso, no es para emigrar?

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