5/12/13

Festival eñe. Minicrónica.



Desde que hice efectiva la compra del abono para asistir al Festival Eñe que se ha celebrado este fin de semana en Madrid, una sonrisa brotó en mi rostro y no me ha abandonado aún. El pasado jueves 14, fui a la presentación en el Instituto Cervantes, un magnífico edificio en la Calle Alcalá de Madrid. Me puse en la fila previa a la entrada y conocí a Héctor un chaval pausado y tranquilo, a la par que simpático que llevaba tres meses en Madrid y quería ver el evento literario. Así que, junto a mi nuevo amigo, asistí al coloquio que nos brindaron para abrir boca la actriz Carmen Machi y el dramaturgo Juan Mayorga. Estuvieron magníficos. Sobretodo Juan Mayorga, si bien cualquiera que en ese momento hubiese estado a su lado sobre el escenario hubiese sido empequeñecido por el verbo claro y certero y la cabeza fantásticamente amueblada del señor Mayorga. Volví a casa con el pecho inflamado porque, decidí, sí, he elegido bien. Esto de la palabra es a lo que quiero consagrar mi vida

El viernes comenzó con mis fatigado cuerpecillo de escombro subiendo las escaleras hasta la quinta planta del Círculo de Bellas Artes para asistir a un taller llamado: “Del poema al guión” impartido por la escritora y guionista cubana Zoé Valdés. ¿Qué decir? Comenzamos el taller veinte personas y lo acabamos ocho. El fracaso estrepitoso se debió a la lejanía de la cubana para con nosotros (puesto que, ni siquiera, nos saludó) y a la incapacidad, no ya de enseñar, sino para trasmitir un mínimo de pasión por algo que le encanta supuestamente, a los asistentes. Ahora bien, la segunda parte del taller, que fue eminentemente práctica, me pareció fantástica, porque todos los que nos quedamos pudimos leer los trabajos propuestos y algunos me parecieron sencillamente maravillosos.

Tras salir del taller, en la segunda planta, coincidí con varios de los asistentes al taller de Zoé Valdés y comentamos lo que nos había parecido. Todos coincidimos en nuestras afirmaciones, si bien estábamos embargados por el ambiente creado en el círculo de Bellas Artes con este maravilloso festival. Ahí estuvimos departiendo Miguel Ángel, un simpatiquísimo escritor de Badajoz; Eduardo el maravilloso guionista de Jaén; Mercedes una vivaracha actriz y, como no, camarera de Madrid; la futura directora de cine de cuyo nombre no me acuerdo y, de nuevo, Héctor, el chico que conocí en la fila para entrar a la inauguración del Festival. Comentamos nuestros pareceres y asistimos juntos a una maravillosa propuesta llamada “Lucha Libro” en la que los contendientes, tras ver unos segundos una fotografía, tenían que escribir sobre lo que ésta les sugería durante tres minutos. Así acabó el viernes.

Ahora bien, el día fuerte, que fue el Sábado, estuve todo el día, desde las doce de la mañana, en el Círculo de Bellas Artes. Asistí a varios seminarios. A destacar los de Juan Eslava Galán y Santiago Posteguillo, los músicos de Jazz que amenizaron el festival, los magníficos Elena Medel y Guillermo Trapiello en su “Gabinete de Crisis” y, como no, el coloquio de Rafael Reig y Antonio Orejudo. Cuyos libros me compré y tuvieron la delicadeza y amabilidad de firmármelos. Después asistí a varias charlas más. Alguna de ellas mejor olvidarlas. Y al ejercicio de autobombo mutuo, si bien salpicado de frases inteligentes y algún que otro chiste gracioso, entre Benjamín Prado y Julia Navarro.

Después de todo ello, me vine a casa con una sonrisa en los labios. Algo había cambiado en la cultura de España. Celebrar semejante festival y ponerlo por la televisión… Ah no, que eso no vende. Bueno, pues verlo en los periódicos de mayor tirada… Ah no, que, para ellos, tampoco es importante. En fin. Lo que por lo menos sí es reconfortante es ver que en España nada cambia. Lo más importante, para las noticias televisadas, radiadas o de los periódicos que sucedió el Sábado fue el partido jugado por la selección española de fútbol y la de Guinea Ecuatorial, magnífica contienda donde las haya, y, por supuesto, el libro que va a ser presentado por la autora, no sé dónde, el día 19 de Noviembre, titulado: “Ambiciones y reflexiones” de Belén Esteban.  Esta es la cultura que promocionan en nuestro país. Si bien y a pesar de todo no han conseguido borrarme la sonrisa. Ya estoy contando los días para el próximo festival eñe, al que pienso asistir. Antes de despedirme quiero agradeceros a La Fábrica, Instituto Cervantes, organizadores, patrocinadores y al Círculo que os haya salido un festival redondo.  De modo que ¡larga vida al festival Eñe!

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